6 abr 2010

En el epicentro del sismo de California brotaba agua del suelo


Después de los sacudones violentos, se abrieron grietas en la tierra y en los pisos de cemento, las que se agrandaron rápidamente, y empezó a brotar el agua.

Así fue como las siete casas de la familia Briceño, todas en la misma cuadra, cayeron en ruinas, obligándolos a dormir en sus autos.

Esta fue una de las historias más dramáticas de las pérdidas sufridas en el epicentro del sismo de magnitud 7,2 que remeció la zona el domingo de Pascuas. Pasados dos días, muchos temen entrar a sus casas o lugares de trabajo.

“La tierra se abrió, como un lápiz cruzando una hoja de papel, como una franja cruzando el piso“, dijo Diona García Briceño, la mayor de cinco hermanos, que perdió la casa donde vivía con su esposo y dos hijos, de 18 y 10 años.

Las autoridades dijeron el lunes que el terremoto destruyó decenas de viviendas y edificios, todos en la ciudad de Mexicali y la zona rural circundante en un valle surcado por canales. Murieron dos personas: un hombre de 94 años y otro no identificado.

El asfalto se arrugó en las calles en torno de la aldea rural de Oaxaca, con grietas de varios metros de ancho. De éstas brotó agua, que en algunos casos se secó y en otros formó grandes charcos.

La agricultura siempre ha sido el motor de la economía local. Los hombres de la familia Briseño mantienen sus hogares trabajando seis días a la semana por el equivalente de 65 dólares en una región donde se cultivan cebollas, rábanos, espárragos y pepinos.

Los vecinos de Guadalupe Victoria, la población más próxima al epicentro, están habituados a los terremotos, pero no estaban preparados para uno de semejante magnitud.

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