3 oct 2010

Pintar el techo de blanco es la nueva herramienta contra el calentamiento global

Herb Van Gent apunta un cañón infrarrojo hacia una superficie de tejas grises sin pintar y lo activa. De inmediato, una lectura indica la temperatura: 61,67 grados centígrados (143 Fahrenheit) y en aumento. Dirige el instrumento a 1,5 metros de distancia de una superficie del techo que yo acababa de pintar de blanco: 36,6 grados centígrados (98 Fahrenheit) y bajando.

“Hay una diferencia de 45 grados Fahrenheit (7,2 centígrados) y apenas aplicamos la primera mano de pintura”, afirma Van Gent, sonriente.

Son las 11:00 de la mañana y estamos en la azotea de un asilo de ancianos en Nueva York, sobre la que aplicamos con un rodillo una pintura espesa blanca y brillante.

Van Gent es uno de los integrantes de un grupo de voluntarios que ha venido aquí para pintar esa parte del inmueble como parte del programa “Azoteas Frescas” que financia la ciudad.

La idea de pintar de blanco las superficies superiores de los inmuebles ha ganado popularidad en el país. El secretario federal de Energía, Steven Chu, dijo que esta medida contribuirá a la lucha contra el calentamiento global.

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