La primera tormenta tropical de la temporada en el Océano Atlántico pareció desviar su trayectoria del sitio afectado por el derrame petrolero en el Golfo de México, mientras los costos por la catástrofe aumentan vertiginosamente para la empresa británica BP.
La primera tormenta tropical de la temporada en el Océano Atlántico pareció desviar su trayectoria del sitio afectado por el derrame petrolero en el Golfo de México, mientras los costos por la catástrofe aumentan vertiginosamente para la empresa británica BP.
Alex, que ya dejó 10 muertos en América Central y podría convertirse en huracán el martes, permanece por fuera del lugar de la marea negra, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC).
No obstante, los vientos y el oleaje provocados por Alex complicarán aún más las operaciones de limpieza del derrame, advirtieron los expertos.
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